Miercoles
14 de Abril de 2021
CORRUPCION
22 de mayo de 2019
Con la lectura de la acusación, se dio inicio al proceso por el presunto direccionamiento de fondos de la obra pública. Quiénes acompañaron a la senadora.
Comodoro Py vivió un día diferente con el inicio del primer juicio oral a Cristina Kirchner por el presunto direccionamiento de la obra pública, con la presencia de la expresidenta y el resto de los imputados, que escucharon parte de la acusación, que por su extensión continuará el próximo lunes.
En la primera jornada de audiencia, con una sala colmada que incluso obligó a que se habilitara otra contigua para el público, estuvieron sentados en primera fila los detenidos Lázaro Báez y Julio De Vido, que no cruzaron saludos con la exmandataria, además de José López, que se ubicó lejos de todos.
La senadora nacional, que llegó cuando todos ya estaban dentro de la sala AMIA, se sentó en la última fila, junto a su abogado Carlos Beraldi, delante del vidrio blindado que la separaba del público. Entre los presentes que se acercaron a apoyarla estuvieron Estela de Carlotto, Hebe de Bonafini, exfuncionarios, dirigentes sindicales, integrantes de diferentes espacios del peronismo y hasta el periodista Horacio Verbitsky.
Durante la audiencia, que estuvo marcada por la tensión, todas las miradas se centraron sobre Cristina, Báez y De Vido.
El empresario, que estuvo todo el tiempo con la vista al frente y el rostro rígido, se rió durante la lectura de la acusación. Sentado al lado del exministro de Planificación, largó una carcajada cuando se lo acusó de recibir "certificados por obra no realizada o que no se adecuaba al plan de trabajos". En ese momento, también se mencionó que fue beneficiario "de un flujo de dinero multimillonario que le garantizó ser el único contratista de obra pública en el país al que no se le adeudaba un solo centavo al finalizar el mandato de su socia, Cristina Elisabet Fernández".
Son tres las principales hipótesis que podrían haber despertado ese gesto en él. El primer motivo podría deberse a que durante la lectura hayan asegurado que la gestión kirchnerista terminó sin que se le adeudara ni "un solo centavo" y que las obras no estaban finalizadas. Además, en esa misma oración, mencionaron a la exmandataria como "su socia", lo que podría haber sido otro fundamento. Otra teoría es que se dijo el segundo nombre de Cristina, el cual, según ella ha dicho, no le gusta. Por su parte, a lo largo de la audiencia, hubo una escena que se repitió una y otra vez. Cristina alternaba entre algún comentario con su abogado y su smartphone. En las pantallas de la sala podía observarse cómo la expresidenta movía una y otra vez su dedo índice sobre celular.
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