Sábado 12 de Octubre de 2024

MUNDO

26 de abril de 2019

Pintaba las pastillas de paracetamol y las vendía como Viagra

“La situación hace al ladrón”, versa un popular dicho que calza como anillo al dedo con la una curiosa historia que alertó a las autoridades en España, ya que un anciano de la localidad de Castilla de la Mancha fue expulsado del geriátrico por vender pastillas falsas de Viagra.

El hombre, que solo fue identificado con el nombre de Isaías, encontró un lucrativo negocio aprovechando la demanda por el fármaco contra la disfunción eréctil. No contando con stock para hacer frente a la demanda existente al interior del recinto tomó la decisión de pintar de azul las pastillas de paracetamol.

Los médicos y personal de asistencia del lugar fueron los primeros en darse cuenta de la anómala situación, cuando comenzaron a notar que muchos internos varones tenían la lengua con un tono azulado.

Pensando que se podría tratar de una enfermedad contagiosa o una epidemia peor, los doctores aislaron a los pacientes afectados para practicarle toda clase de exámenes. Grande fue la sorpresa cuando los exámenes revelaron que las manchas eran producto de pintura azul.

Luego del curioso descubrimiento, en el asilo iniciaron una investigación para conocer las razones de la “falsa” epidemia azul, lo cual los condujo a un residente de nombre Isaías. Incluso varios abuelos lo delataron como el flamante dealer del “falso Viagra”.

Según consignó la agencia de noticias Infobae, en la pieza de Isaías estaban todos los materiales e ingredientes para llevar a cabo la falsificación, destacando tinta china de color azul y un recipiente para realizar el teñido.

Una vez descubierto el ilícito, los responsables del recinto geriátrico expulsaron al hombre y aún no deciden si presentarán una denuncia penal por la gravedad del hecho.

Eso sí, más allá de las penas o castigo, son varias las personas ancianas que aún se sienten engañadas, ya que no pudieron materializar sus encuentros sexuales.

“A mí me estafó una vez, pero cuando convencí a Joaquina de visitarla una noche, terminamos jugando a cualquier cosa porque no hubo manera”, dijo un anciano, mientras que una interna dijo: “Sexualmente seguimos igual, pero por lo menos venían a visitarnos algunos hombres de vez en cuando por la noche, y eso se agradecía”.

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