Sábado 23 de Noviembre de 2024

REDES SOCIALES

6 de marzo de 2019

Los peligros de exponer a los hijos en las redes sociales

Tres de cada diez padres publican al menos una vez al día imágenes o vídeos en sus perfiles públicos

Tres de cada diez padres (30%) publican al menos una vez al día imágenes o vídeos en los que aparecen sus hijos a través de sus perfiles personales de redes sociales, y un 12% incluso lo hace cuatro o más veces al día, según un estudio realizado por la compañía de ciberseguridad española

Los resultados de la encuesta recoge que los padres son conscientes de los riesgos a los que se enfrentan sus hijos cuando publican en redes sociales fotografías en las que aparece, como la pedofilia (49%), el acoso (un 48%), la posibilidad de secuestro (45%) o de sufrir ciberacoso (31%).

Si bien publicar fotos de menores en redes sociales puede suponer un riesgo para la seguridad de los niños, el 70% de padres publica exclusivamente este tipo de contenido en sus cuentas privadas de redes sociales

El consentimiento por parte de un niño para que contenido relacionado con él acabe en Internet es un aspecto del cual aún hay gente que no contempla. El 58% de los progenitores ni siquiera considera si su hijo daría su permiso para la publicación de las fotos y los vídeos, mientras que el 22% no cree que deban ser los menores quienes den permiso para ello. Para el 19% es una decisión que siempre debe dejarse en manos de los adultos.

Muchos padres, además, reconocen que comparten información privada y personal sobre sus hijos en Internet cuando comparten las fotografías. La mitad de los padres ya ha publicado o publicaría una foto de su hijo vestido con el uniforme escolar, una actitud que puede comprometer la seguridad del pequeño debido a que la indumentaria puede revelar a cualquiera la localización del niño.

Además, hay padres que integran a su hijo dentro de sus redes sociales de forma recurrente, pues el 30% de ellos publica una foto o vídeo de ellos al menos una vez al día y un 12% difunde las fotografías al menos cuatro veces al día.

Especialistas, han alertado de que "si las imágenes compartidas caen en manos equivocadas, se puede llegar a sustraer información sensible como la fecha de nacimiento, domicilio, colegio o incluso el nombre completo del niño".

Parte de los adultos todavía no tienen en cuenta lo que puede suponer a nivel psicológico que un niño esté en Internet sin quererlo, pues solo al 23% le preocupa que el niño desarrolle ansiedad o preocupación por la publicación de una foto en la que aparece y sólo el 30% piensa que podrían avergonzar a su hijo.

Por lo general "los padres quieren compartir estas imágenes con amigos y familiares a través de las redes sociales, pero deben tener en cuenta los riesgos emocionales y de seguridad que implica publicar estas imágenes en nombre de sus hijos".

Compartir fotografias de forma segura

Los padres pueden seguir compartiendo fotografías y vídeos de sus hijos con sus amigos y familiares a través de las redes sociales, pero no está de más que tengan en cuentan algunos consejos para reducir los riesgos a los que quedar expuestos los menores. 

Por ejemplo, desactivar la geolocalización de las redes sociales puede evitar que al publicar una fotografía se comparta la ubicación, especialmente importante cuando hay menores de por medio. Se reducir el riesgo de compartir información sobre lugares que frecuenta el niño.

Configurar la privacidad de las redes sociales para compartir las imágenes en redes sociales con un público privado. No obstante, desde McAfee advierte de que todo lo que se publica en plataformas como Facebook o Instagram, debe considerarse como "información pública".

También conviene que los padres establezcan unas reglas con sus amigos, familiares e incluso sus hijos sobre la publicación de imágenes de los menores. La publicación de estas fotografías debe contar con el permiso explícito de los padres y éstos, además, deben tener en cuenta las normas que establezcan para evitarles a sus hijos situaciones de ansiedad o vergüenza.

Por último, los padres deben tomar el control de la información personal que se comparte y poner límites, por ejemplo, a la tarjeta de crédito de los menores, en caso de que la tengan.

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