Sábado 23 de Noviembre de 2024

INTERNACIONALES

4 de septiembre de 2017

Corea del Norte probó su bomba nuclear más potente

Esta prueba, con la que concluyó la actividad del día luego de otros seis intentos, desató nuevamente el repudio internacional unánime. De esta manera, los medios locales informaron que el estruendo se sintió como un fuerte terremoto de 5.8 en la escala de Richter. Por su parte,  los medios oficiales norcoreanos anunciaron que el país había probado estos artefactos con “total éxito”.

Corea del Norte probó este domingo su bomba nuclear más potente hasta la fecha, un artefacto termonuclear que según el gobierno comunista podría instalarse en un misil intercontinental, lo que supondría un importante y peligroso adelanto en sus capacidades militares en medio de una de las peores escaladas verbales con Estados Unidos y la ONU de los últimos tiempos. 

La prueba nuclear desató, otra vez, un repudio internacional unánime, una ola de amenazas del gobierno estadounidense de Donald Trump y aceleró la convocatoria de una nueva reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU en Nueva York, que se concretará en el próximo lunes. 

El sexto ensayo nuclear norcoreano y el segundo supuestamente llevado a cabo con un artefacto termonuclear -en este caso una bomba de hidrógeno- coronó un período de frenética actividad armamentística por parte del gobierno de Kim Jong-un, tras probar más de una decena de misiles balísticos desde comienzos de año, entre ellos dos intercontinentales, con capacidad, en teoría, de alcanzar territorio estadounidense. 

La escalada armamentística del régimen comunista norcoreano coincidió con la llegada a la Casa Blanca de Trump, quien a su vez alimentó la confrontación verbal y bélica. El resultado es una de las peores crisis de seguridad en la región en los últimos años, con amenazas explicitas de ofensivas militares tanto por parte de Washington como de Pyongyang.

El nuevo ensayo nuclear tuvo lugar en esta jornada en torno a las 12.30 hora surcoreana (pasada la medianoche del sábado en la Argentina) y se sintió como un fuerte terremoto de 5.8 en la escala de Richter.

Horas después, los institutos sismológicos de Seúl, Tokio y Beijíng detectaron el movimiento, que calificaron como aparentemente artificial ya que su origen no era muy profundo y el hipocentro se encontraba en la misma provincia norcoreana desde donde el país comunista hizo sus últimas pruebas nucleares. 

Unas horas después, los medios oficiales norcoreanos anunciaron con su habitual pompa que el país había probado con “total éxito” un artefacto termonuclear que puede ser instalado en uno de sus misiles balísticos intercontinentales (ICBM).

"El test fue realizado con una bomba con un poder sin precedentes”, informó la cadena estatal KCTV.
Este anuncio se sumó al que había hecho Kim apenas unas horas antes, al mostrarse junto al grupo de científicos que desarrolló una bomba de hidrógeno que puede ser incorporada a un misil balístico intercontinental. 

No está claro si el artefacto termonuclear que explotó este domingo fue la misma bomba de hidrógeno que presentó ayer el máximo líder de Corea del Norte.

La intensidad de la detonación detectada hoy por los países vecinos y por la Organización del Tratado de Prohibición Total de Pruebas Nucleares indica que se trató de un ensayo mucho más potente que los cinco anteriores ejecutados por el régimen norcoreano. 

El ensayo volvió a poner sobre la mesa la capacidad de desarrollo del programa nuclear de Corea del Norte, pese a la aplicación de nuevas sanciones y la presión sin precedentes de la comunidad internacional.

Una vez más, la reacción de Washington se caracterizó por su dureza y sus amenazas.
El secretario de Defensa, James Mattis, afirmó que ante cualquier amenaza a Estados Unidos habrá “una respuesta militar masiva” tan “efectiva como abrumadora” y, si bien aclaró que su gobierno “no está
buscando la aniquilación total de un país”
, advirtió que tiene “muchas opciones para hacerlo”.

Más temprano, Trump había sido ambiguo al referirse a un posible ataque preventivo estadounidense y cuando un grupo de periodistas le preguntó si analizaba esa opción, simplemente respondió: “Ya veremos”, informó la agencia de noticias EFE. 

Luego, antes de ingresar a una reunión con sus máximos asesores militares, advirtió que estaba “considerando suspender todo el comercio con cualquier país que haga negocios” con Pyongyang, una advertencia directa a China, el principal socio económico del régimen comunista norcoreano. 

En un tono más cauteloso y en el marco de la previa a la cumbre del Brics en China, los presidentes de ese país y de Rusia, Xi Jiping y Vladimir Putin, respectivamente, se comprometieron a “lidiar con la nueva situación” regional provocada por el nuevo ensayo nuclear y adelantaron que seguirán buscando “una península de Corea desnuclearizada”, según informó la agencia de noticias oficial Xinhua.
Putin, por su parte, deslizó que buscará convocar una cumbre internacional, que “se celebre al más alto nivel” para discutir una posición común.

En las últimas semanas, la situación en la península de Corea se estaba distendiendo, después de meses de tensión por las continuas pruebas armamentísticas de Pyongyang y el desplazamientos de portaaviones y bombarderos estadounidenses a la zona.

Si bien el despliegue militar ordenado por Trump formó parte de maniobras bilaterales previstas con Corea del Sur y Japón, también sirvió de amenaza ante el desarrollo militar norcoreana y alimentó la escalada internacional. 

El momento de máxima tensión llegó no hace mucho, cuando Kim amenazó directamente con bombardear la base norteamericana ubicada en la isla de Guam, en el océano Pacífico, una medida que luego decidió postergar, lo que fue considerado como un gesto de distensión dentro de la comunidad internacional. Ese pequeño pero significativo avance hoy quedó en el olvido.

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