El ministro de Transporte de la Nación, Guillermo Dietrich, se encargó en persona de ser quién reciba al primer “flamante” avión de la línea aérea Flyest. Será el primero de cuatro que integrarán la flota de la primera “low cost” permitida por el Gobierno que operará desde estos días en nuestros cielos, y que atente contra los intereses de la línea aérea de bandera, Aerolíneas Argentinas.

Flyest unirá la ciudad de Santa Fe, Rosario, Buenos Aires y Mar del Plata (además de Montevideo en Uruguay), destinos que cubre la línea aérea nacional, y por lo tanto, será competencia directa para la añeja empresa recuperada hace tan sólo unos pocos años.

El ministro difundió un video en sus redes sociales en las que afirma estar “recibiendo” el primer avión de es esta compañía, fabricado por la canadiense Bombardier modelo CRJ-200 de matrícula LV-GIJ.

 

   Seguir Guillo Dietrich    ✔@Guillodietrich

Llegó el primer  de FLYEST, que empieza a operar este mes. Seguimos potenciando el transporte aéreo con más conexiones, inversión y empleos

18:28 - 7 mar 2017

•  
•  
•    243243 Retweets
•  
•    441441 me gusta

   

La “identificación” de un avión es “única”, siendo las dos primeras letras (LV) representativas del país (Argentina en este caso) y las otras tres siguientes propias de la identificación de la aeronave.

Captura presentación de Dietrich del "LV-GIJ"

Lo curioso es que esta aeronave perteneció hasta hace pocos meses a Sol Líneas Aéreas, empresa que cubría rutas del interior hasta que el propio Dietrich la hizo quebrar, al cancelar el acuerdo que tenía con Aerolíneas Argentinas. En consecuencia, la maniobra de intentar mostrar el comienzo de lo que Macri denominó “una revolución aérea” quedó evidenciada.

Dietrich declaraba, en un acto realizado ayer en Aeroparque: "Esto es parte de la transformación que estamos haciendo para potenciar el transporte aéreo y con él, la conectividad de los argentinos, el desarrollo del turismo y de las economías regionales".

Avión LV-GIJ que era operado por SOL

A través de su cuenta personal de Twitter, el ministro anunciaba con orgullo: “estamos recibiendo el nuevo avión de Flyest, una nueva empresa que empieza a volar en Argentina”. Es el primer paso del ya anunciado “ambicioso” plan del funcionario y del Gobierno, que pretende para el 2019 duplicar el mercado en lo que respecta a pasajeros de vuelos de cabotaje, aunque claramente, esto sea en desmedro de Aerolíneas Argentinas, la seguridad aérea, la calidad del servicio y la perdida de empleos consecuentes. 

La inversión anunciada por Flyest es de casi 700 millones de pesos. Y aunque desde la empresa aseguraron que se generarán más de mil puestos de trabajo, el dato es como mínimo dudoso, ya que tratandose de una flota inicial de tan sólo cuatro aeronaves, aún contando técnicos, pilotos, mecánicos y todo el personal asociado a las mismas, la cifra supera en demasía el personal necesario para su funcionamiento.

Acondicionamiento final de la misma aeronave para "Flyest"

Ya en 2016, Isela Constantini presentaba su renuncia a la presidencia de la línea aérea de bandera. La presión desde el propio espacio político y el escenario que se preparaba para 2017 con ajustes y claras desventajas para Aerolíneas Argentinas la obligaron a dar un paso al costado, aunque ella misma haya esbozado “razones personales” al motivo de su alejamiento, claramente, lejos estaba de serlo. Constantini no quiso pagar el costo político de ser quien este el frente de la línea orgullo de los argentinos cuando comience su potencial deterioro y una segura reestructuración.

Apenas tres meses después, el primer avión de una low cost toco pista en Aeroparque, más rápido de lo que muchos imaginaban, la empresa Flyest operará desde este mismo mes, y para ello, opto por comenzar con aeronaves CRJ 200 de Bombardier, que poseen unas 50 plazas cada uno. Y como decíamos, de manera curiosa, pertenecían a la Línea Aérea Sol, que hoy ya no existe, como producto de las políticas de ajuste aplicadas desde el Ministerio de Transporte.

Air Nostrum de Iberia

La flamante low cost es propiedad de Air Nostrum, una franquicia de Iberia, justamente la compañía que en la década del ´90 se quedó con Aerolíneas Argentinas cuando fue privatizada y la llevó a la ruina.