Sábado 20 de Abril de 2024

SALUD

11 de diciembre de 2016

Pocos conocen la uveítis, que nos puede conducir a la ceguera

Es una enfermedad poco frecuente infecciosa o autoinmune que afecta la visión. Se estima que la incidencia va de 20 a 50 por cada 100 mil habitantes con alto impacto socioeconómico.

La uveítis es una inflamación de la parte interna del ojo que causa malestar y dolor en el paciente.

Existen dos grandes grupos.

Las uveítis infecciosas y las autoinmunes (o no infecciosas).

Las primeras son difíciles de diagnosticar pero su tratamiento es más rápido.

Las autoinmunes son más complejas a la hora de tratarlas y pueden volverse crónicas.

Dependiendo de a qué parte interna del ojo afecte se subdividen en: anterior, intermedia, posterior y panuveitis.

Si no es diagnosticada y tratada a tiempo puede generar complicaciones como cataratas, glaucoma, desprendimiento de retina, atrofias del nervio óptico e, incluso, ceguera.

Por eso, es de vital importancia el reconocimiento de los principales síntomas, para llegar a la consulta y a un tratamiento precoz.

A nivel global, entre 20 y 50 personas en el mundo por cada 100 mil habitantes tienen uveítis.

Si bien no existe un registro que certifique la cantidad de afectados en nuestro país, si se extrapolan estos datos globales serían cerca de 20 mil personas.

"En Argentina no existen estudios sobre incidencia y prevalencia de la enfermedad. Es difícil realizar este tipo de estudios. En todo el mundo hay solo tres estudios de este tipo, dos en Estados Unidos y uno en Finlandia", comentó el doctor Cristóbal Couto, jefe de la sección Uveítis del Hospital de Clínicas José de San Martín y miembro del Grupo Argentino de Uveítis (GAU).

Uno de los objetivos de este grupo es realizar un estudio multicéntrico epidemiológico de las uveítis en la ciudad de Buenos Aires y alrededores.

Una vez que el paciente es diagnosticado, iniciará el tratamiento.

Es por eso que resulta importante llegar rápidamente a la consulta.

En este sentido, los especialistas afirman que existe un momento en el que, si la persona es diagnosticada, tiene mejores probabilidades de responder al tratamiento.

Lo llaman "ventana de oportunidad del tratamiento", refiriéndose a las dos o tres primeras semanas siguientes al inicio de la inflamación.

"Es el momento inmediatamente posterior al inicio de la enfermedad, momento en el que aún no se sabe bien qué la produce", afirma el doctor Pablo Franco, del servicio de Uveítis del Hospital Oftalmológico Santa Lucía.

Considera que si la persona es diagnosticada dentro de este período hay mejores posibilidades de tratarla y evitar complicaciones en el futuro.

La uveítis tiene tratamiento y en muchos casos se logra disminuir los síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente. Hoy no hay cura, pero la afección se puede sobrellevar.

Cuando aparece, afecta la calidad de vida del paciente

Además de las molestias y dolores que causa la uveítis, afecta notablemente la calidad de vida del paciente.

Al producirse una disminución de la visión por la propia inflamación y por sus complicaciones, el paciente puede verse afectado, lo que alterará en el caso de un adulto sus responsabilidades, llevando a un cuadro de angustia.

La falla o el retardo en el diagnóstico, tratamiento y controles insuficientes son una causa importante de discapacidad visual y ceguera potencial.

Hay que tener en cuenta que la uveítis se presenta en una edad en la que los pacientes están en el período más activo de su vida profesional y laboral.

Entre el 70 y el 90 por ciento de los casos sucede entre los 20 y los 60 años de edad y en la mitad de lo pacientes se inicia entre la tercera y cuarta década de vida.

La uveítis es una enfermedad propia de los adultos jóvenes.

Los inconvenientes que produce la enfermedad, su tratamiento y el seguimiento alterar la capacidad productiva de estos pacientes, al tal punto que deben cambiar de empleo o, a veces, ausentarse de sus actividades por largos períodos.

Además los cotos de la enfermedad afectarán la economía del paciente o de la obra social misma.

David Roldán /[email protected]

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