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ECONOMIA
5 de diciembre de 2016
La UOM, Uocra y Smata exigen medidas que marquen un cambio de rumbo con el objetivo de frenar los despidos.
La UOM, Uocra y Smata, en diferentes tonos pero con la misma partitura, exigen medidas, léase "decisión política" del gobierno nacional, para frenar el tobogán del empleo y la producción industrial. El metalúrgico Antonio Caló cumplió la advertencia de llevar a sus trabajadores a Plaza de Mayo, para exigir la protección del sector fabril.
La construcción, como madre de cientos de actividades, cayó desde la gama que abarca obra pública hasta llegar a quienes viven de las changas, dijo Gerardo Martínez (Uocra). Las cifras lo avalan. Ricardo Pignanelli, de Smata, alertó que las "pomposas" estadísticas sobre venta de 0 km tienen motor en cuanto a autos importados, mientras la producción nacional sigue en merma.
Los tres jefes sindicales, con diferentes alineamientos respecto de la CGT, hablan de "falta de gestión" y "decisiones".
Martínez indicó que la caída del empleo en el último año en ese sector afecta a unos 90.000 trabajadores registrados y pequeños emprendedores. Y planillas en mano puntualizó que "hay 60.000 despedidos directos afectados por obras de viviendas y pequeñas, tanto de inversión pública como privada, y después debe haber alrededor de 30.000 entre emprendedores y monotributistas, que forman parte de la cadena de la industria de la construcción".
El tobogán no da respiro en la UOM: "La industria viene en caída libre", musitan y vociferan en la sede de Alsina casi Bolívar. "De 250.000 empleos pasamos a 230.000, 231.000", reflexionó Caló. La cuenta es simple, 20.000 empleos menos y 14.000 suspensiones. Para quien tenga dudas, Caló dejó la invitación de recorrer las fábricas "y mirar la cara a la gente".
Pignanelli advirtió que "la industria está teniendo una crisis" y consideró que para que haya al menos brotes germinando en 2017 hace falta "una decisión política fuerte por parte del gobierno y económica de las empresas". Confiando en que todavía hay remedios a los que echar mano, precisó: "Creo que hay equivocaciones. No puede ser que se vayan a vender 700.000 unidades y se van a fabricar 420.000".