Según relata en su portal el semanario Colón Doce,  “un joven pasa a las siete de la mañana del domingo frente a un kiosco almacén y le pregunta a la chica que está barriendo la vereda ¿Cuándo abre el kiosko?.  La mujer contesta : En un rato. Y sigue con su tarea”.

Antes de continuar la crónica, el medio aclara. “para que se entienda la situación”, que el comercio es atendido por una tal Mary detrás de una ventana con rejas.

Minutos después aparece el mismo joven trasladándose en una moto, cuando el kiosko almacén ya estaba abierto. Se acerca pide un paquete de cigarrillos, y le da a Mary, cincuenta pesos. En el mismo momento extrae lo que sería un revólver de entre sus ropas y le dice a la comerciante ¡Dame la plata!. Mary ni lerda ni perezosa con los cincuenta pesos en la mano se esconde tras el pequeño mostrador y comienza a gritar a otra mujer que estaba situada en una dependencia aledaña ¡Llama a la policía que me están asaltando! ¡Llama a la policía que me están asaltando!.

A todo esto, el novel ladrón se pone como loco y le comienza a gritar a Mary ¡Dame los cincuenta pesos que te dí y me voy!.  La víctima parapetada argumentó:  "Si salgo de aca me asaltas, no te doy nada y ándate que viene la Policía".

El ladrón antes que caer preso prefirió perder los cincuenta pesos, se subió a la moto, y salió huyendo con menos dinero del que traía.

(InfoGEI)Jd