Los Palitos de la Selva son uno de los caramelos masticables favoritos por los chicos y grandes por su sabor y diseño. Pero lo que muchos no saben, es cómo son fabricadas estas golosinas, que a lo largo de los años también incluyeron nuevos sabores y tamaños.

Para la revista Brando, la periodista Cecilia Acuña visitó la planta industrial perteneciente a Mondelēz que queda situada en la localidad de Ricardo Rojas, partido de Tigre y es donde comienza el proceso de elaboración. Esta empresa argentina, heredera multinacional de Stani, en la década del ´50 comenzó a fabricar los famosos chicles Bazooka, hoy en día pertenecientes a Cadbury y Kraft, como así también los famosos caramelos.

El primer paso es bajar desde la cocina panes de 45 kilos cada uno elaborados con pasta base de color rosado y blanco y saborizados con frutilla y vainilla.Esta pasta se fabrica combinando químicamente glucosa, azúcar, agua y gelatina. Los colores se cocinan por separado sin mezclarse, sólo se unen en una máquina roladora que estira la masa hasta los 1,5 centímetros de grosor.

La pasta base es llevada al lugar donde serán fraccionados los caramelos, los cuales llegan tibios y blandos, para luego ser envueltos y embolsados en tres turnos que se repiten de lunes a sábado. Alrededor de 42 operarios son los responsables del proceso que produce por día alrededor de 12 mil bolsas de 660 gramos.

Dos operarios son los encargados de cargar a mano la masa hasta la roladora y acomodarla para que la máquina los corte y luego se cubren con su típico envoltorio que incluye la imagen y descripción de especies de todos los ecosistemas. Luego de ser aprobados por el control de calidad, un túnel de viento los seca antes de su embolsado final.